Reloj:
No se donde estaba,
solo recuerdo haberme caído por las escaleras de mi apartamento y aparecer en
este oscuro lugar. Creo que era un sótano o algo bajo tierra. Ya estaba cansado
por la noche anterior y ahora esto. Apenas veía por la poca luz que entraba por la
estrecha ventana, tapada de cartones y papeles. Habían unas cajas tiradas en el
piso, en la pared solo estaban algunas fotos que no alcancé a diferenciar.
Estaba atado
en una silla pegada al suelo. Mi maldita suerte otra vez lograba meterme en
problemas y cómo no siendo un agente del gobierno, ah y a esto le sumo varios
enemigos que tengo y como resultado estoy acá. Si hay un Dios, creo que me
odia. Intenté moverme despacio para sentir las cadenas en mis manos, había una
pequeña apertura, pero era demasiado pequeña para poder hacer algo. Luego de
varios intentos me frustré y empecé a
recordar mis infinitos enemigos, intentando descubrir quien estaba tras todo esto. Mis pensamientos se veían
perjudicados por el sonido del reloj sonando, ese “tic-tac” me estaba matando,
nunca me gusto ese sonido. Sera porque nunca me gusto el tiempo. Intentaba
relajarme, pero todo era imposible, no alcanzaba a escuchar nada por ese
maldito sonido. Repasaba el lugar con mi mirada esperando que algo nuevo
apareciera, todo era lo mismo, un par de cosas, el reloj y millones de papeles
tirados. Ya estaba demasiado cansado por pasar horas sentado, solo quería irme
ya no me importaba saber quién era el secuestrador. Casi dormido la luz de la
ventana me daba en mis ojos, lo que no me permitía dormir. Cada vez estaba mas
irritado no podía esperar a salir de aquí, esté no era yo, no podía esperar
tenia mucha ansiedad y estaba muy molesto por no poder moverme. Lo peor aún es
que me sacaron de mis vacaciones y me metieron en este horrible lugar, esto ya
era personal.
Empecé a
mover mis manos y piernas
desesperadamente para poder salir, todo parecía un fracaso con migo. Me
rendí de una vez por todas, esto era demasiado para mi, lo que me preocupo mas
porque yo puedo aguantar mas tiempo en estas condiciones, este no era yo.
Detrás de mí
se encontraba una puerta de la cual se oía murmuros. Esperaba que alguien salga
en cualquier momento.
Se abrió la
puerta y paso al lado mío una figura corriendo y está se puso enfrente mío… es…es
una niña.
-Hey, es
mejor que te vallas acostumbrando, más tarde te traeré tu comida- tenia un
vestido como el de Alicia en el país de las maravillas, creo que esa es la
película.
- Ya basta
niñita, es mejor que me vallas sacando estas cadenas, no tengo por que estar
aquí, ¿además quien crees que será tu mascota?- lo ultimo lo dije que un tono
sarcástico.-
-Ja, como si
me importara tu opinión, Tengo un pequeño regalito para ti Leon- tomo el reloj
que estaba arriba de una mesa y lo tiro en frente mío- Ahora podrás escuchar
mejor este ruido- se río y se fue.
No tuve que
haber abierto mi boca, ahora el sonido era mas fuerte y para ser negativos la pequeña mocosa me prendió la luz
de un velador apuntando hacia mi cara. Antes respetaba a los niños pero ahora
con esta experiencia no creo poder aguantarlos más. Solo escuchaba los ruidos,
esos ruidos infernales,
Tic... Tac…Tic…Tack…Tic…Tac… Tic.. Tac…Tic… Tac…Tic… Tac…
ya estaba cansado. Casi alcanzando la noche, la
niña entro otra vez, pero ahora tenia una bandeja de comida en sus manos.
-Perro, acá
tenes- Me dejo la comida en el piso, me
desato las manos y rápidamente se fue, trabando la puerta con llave y alguna
otra cosa.
Por fin podía
tocar mis manos, ya estaban empezando a sangrar. El alivio de ver mis brazos o
poder moverme era sorprendente. Empecé a caminar por el lugar, pude ver que
algunas fotos que estaban en la pared eran mías. Saqué un par de cartones y
cajas de la ventana, ya podía ver con más claridad. Era una calle lo que veía y personas
caminando, era como si no notaran que estaba gritando por ayuda, ellas me
ignoraban, no aun peor ni siquiera me miraban. Solo alcanzaba para ver sus
zapatos y nada más.
Acomode todo
a mi antojo, intente sacar la silla o ver como eran las cadenas. Mire fijamente
la comida y tome un pedazo de esta. No quería morir por envenenamiento o por
cualquier cosa así que empecé a recordar mis clases de precaución. Luego de
varios minutos observando mí comida decidí probarla, no había nada extraño así
que seguí comiéndola.
No quería
saber nada sobre este lugar, solo quería dormir en mi cama. Ese ruido ya no lo soporta, tuve una idea,
había un martillo en el suelo. Lo tome y empecé a romper ese maldito reloj, mi agonía ya
estaba acabada.
-Por fin-
hable sin darme cuenta, estaba bastante feliz por un lado, ahora me tenia que
preocupar por otro problema. Parecía que mi mala suerte nunca terminaba. La niña entró y preocupada se acerco hacia mi,
yo por supuesto me aleje.
-No tengas
miedo, tienes que irte ya- dijo estas palabras mirando hacia todos lados.
-¿Quién eres?
Crees que te voy a escuchar -
-Sh…. Tienes
que hacer silencio, si te descubren vas a morir, no me gustan las preguntas-
-Dime ¿qué
está pasando? ¿Por qué estoy acá? ¿Quién era la niña anterior?-
-Dije que te
callaras idiota…- ¿Qué está pasando?
Hace un segundo quería ayudarme- me caes mal Leon, pero a mi padre no tanto, yo
quería ayudarte pero tus preguntas son molestas e irritantes, porque no dormís
un poco- saco una pistola eléctrica, lo
único que sentí fue el golpe contra el piso.
Dios… que era
ese dolor, mis manos otra vez encadenadas, la maldita silla y yo sentado en
ella, mis piernas... dios el dolor viene de allí. Intente mover una y no sentí
dolor, cuando quise mover la pierna derecha sentí algo horrible y muy doloroso,
nada más ni nada menos que una navaja clavada hasta el fondo. Creo que fue ahí que empecé a sentir las
cosas más de cerca, mis manos atadas no podía ni siquiera sacarme la navaja.
Listo me decidí
por fin a aceptar ayuda de cualquier extraño sin preguntar absolutamente nada.
Intentaba salir de la silla, pero todo intento era en vano, el dolor me dejaba paralizado y hacia que
todas mis fuerzas se debilitaran. Acabe
desmayándome por el dolor, no solo de la pierna, sino de todo…
Cinco días y
yo sigo en este repugnante lugar… cinco días con ganas de partirle el cuello a
esa niña. Otra vez los murmullos
habían empezado a oírse, esta vez no era
Alicia la que entro, sino un hombre robusto y alto.
-Bienvenido mi nombre es Matt, te preguntaras porque estas
acá… bueno veras hace mucho tiempo intente vender mis productos en el oriente,
pero por culpa de alguien no pude y a causa de eso mi compañía quebró. – juro
no haber tenido la más mínima idea de quien era.
-Ah…-
sinceramente no sabía que responder, seguía preguntándome quien era el hombre,
así que le seguí el juego- Ya recuerdo, el comerciante que quería vender
productos en el mercado negro- todos hacen lo mismo así que muy errado no debía
estar.
-No No No, no
sabes nada, no era comerciante, tenía
que dar vacunas en el oriente, pero gracias a vos no pude, arruinaste todo,
Todo!!! , todo lo que cree estaba destruido. Gracias a ti mi empresa cerro, Tricell,
¿no te suena el nombre?-
En verdad seguía sin conocer a este tipo. El nombre lo conozco, por supuesto, compañía
farmacéutica de gran alcance, pero por sus malas relaciones en áfrica termino
siendo cerrada. Pero que tenía que ver esto conmigo.
-Mira no sé
lo que está pasando acá pero te equivocaste de hombre.- el solo se rio.
-Chris ya es
muy tarde para hacerte el tonto.- Chris… será el mismo Chris Redfiel, esperaba
que todo esto sea una mala broma.- Hey estúpido soy Leon S. Kennedy, no se de
quien estás hablando así que sácame de aquí ahora mismo. Tu hombre está en la
otra parte del mundo.
-Ja, sigue
inventando personajes, nada te salvara. Sabes se me hace tarde, nos veremos en
otra ocasión.- el solo le marcho, pero no antes de dejarme un hermoso y lindo
sonido conmigo, un nuevo reloj, todo es sarcasmo obvio.
-Espera, te
dijo la verdad soy Leon, no sé quién es Chris.- mierda Chris me debes una, esto
es tu culpa.
Me repetía a
mí mismo que viera el lado positivo, pero no había caso. Chris Redfield este
hombre te busca a vos, me pregunto dónde estarás. No mejor dicho dónde estarán
mis amigos, Hunnigan, Helena, no creo que Ada, pero es bueno mentirse a uno
mismo. ¿Porque no están buscándome?
Hunnigan no se dio cuenta que me excedí de mis días, ya debería de estar
trabajando, ¿A nadie le importo? … lo entiendo muchos años trabajando, no era
amistad sino trabajo.
Algo adentro
de mí se está destrozando, será la esperanza o que ya no sabría qué hacer si
salgo. Creo que se lo bueno de todo
esto, lo único positivo es que no me dijeron “solo tienes una opción y es
trabajar para el gobierno” Seria una persona normal, no sería imposible ser normal después de lo que
tuve que pasar en Raccoon City, sería un loco.
Las horas
pasan y yo mirando lo mismo y acostumbrándome al sonido del Tic Tac, era normal
y nos habíamos hecho amigos, mi barba crecía mas, estaba sucio y solo comía lo
necesario. No vi más a la niña, tenía mucho tiempo libre así que la apode
“Alicia” es por su vestido.
Tic…Tac…
sonaba 3000 veces por días, Tic..Tac… ya me estaba desesperando. Tic…Tac ya no
sentía el dolor en mi pierna.
Entro en
hombre nuevamente y esta vez si nada más que decirme, me dejo una navaja. Lo
único que quería era terminar con todo esto. Lo único que me pasaba por la
cabeza era morir y descansar en paz. No estaba en mi mejor momento, creo que ya
me había preparado para morir.
Gris…
oscuridad, zapatos, basura, cucarachas, sangre, dolor, tic – tac. Mil sonaban
en un segundo, tres mil en cinco segundos, empecé a delirar, todo lo que cree
era solo delirios. Mis delirios…mis únicos delirios eran los que me mantenían
con vida, delirar con estar lejos, en un bosque o en una simple plaza, eso era
vida, no estar acabado en una triste silla. Mi nombre es Leon Scott Kennedy, Yo
soy Leon Scott Kennedy no Chris Redfield. No soporte más la idea de estar
prisionero más en ese agujero, grite, grite lo más alto que pude. Pedía ayuda
desesperadamente, quería irme, gritaba y gritaba, quería estar afuera, ser uno
más de esos zapatos. Ya no tenía fuerza
de mirar, de respirar, de gritar, de
moverme para sentirme vivo, no tenía fuerza de nada, la poca fuerza la había
usado en su totalidad.
-¡¡¡Abajo!!!
– Alcance a escuchar, provenía del piso de arriba.-¡¡¡Avancen!!!- no eran
cualquier cosa, sino algo grande- ¡¡¡B.S.A.A !!!- es tan… buscándome, me sentí
tan aliviado. Se oía disparos, vidrios rotos, armas cayendo al piso, pero lo
que más me impacto fue oír a la niña gritando y por un segundo era todo
silencio… era obvio lo que había pasado.
Pero ese ya no era mi tema, era hora de irme- No hay rastro del agente
Kennedy, señor.-
-No puede
ser, todo nos indicaba que estaba en esta casa, tienen que revisar más. Ustedes
vayan por arriba y asegúrense de buscar alguna pista de Kennedy.- era la voz de
Chris. No puede ser yo estaba debajo de él, pero no venían. No tenía fuerza
para moverme o hacer ruido así que la poca fuerza que utilizaba para mantenerme
despierto la use para gritar.
-¡¡¡Ayuda!!!-
grite con todas mis fuerzas-¡¡¡Chris!!!- lo último que escuche fue que estaban
tirando la puerta bajo y la silueta de Chris.
¿Hospital…
Que hago en un hospital? Recordé todo al instante, empecé a temblar, había luz,
una ventana, una vista hermosa y no esos zapatos, estaba todo normal, excepto
por una cosa, había un reloj en esa habitación. Harto de escucharlo por 6 días
seguidos, me levante como puse de la cama y lo tire al piso, en ese momento
entra Chris, me toma del brazo y me llevo hacia la cama, me dijo que lamentaba
mucho lo sucedido y algo sobre de
recompensármelo, pero estaba tan enojado con el que lo único que hice fue
golpearlo en la cara. El ni yo tuvimos la culpa, pero en mi estado y haber
tenido que aguantar un montón de días porque me habían confundido, eso era el
colmo.
Ya paso un
mes de este horrible intercambio de nombres. Mi relación con Chris esta igual
que siempre, el me comprendió y es hasta el día de hoy que no entiende como nos
pudieron confundir. Hunnigan fue la segunda persona que me fue a visitar cuando
estuve en el hospital, ella estaba muy preocupada y me dijo que había movido agua
y tierra para encontrarme, se había contactado con todas las fuerzas de los
EE.UU para poder tener alguna pista de mí. Si no fuera por ella Chris no me
hubiese encontrado, si no fuera por ella yo seguiría encerrado. Lo que todavía no tolero son los niños,
explícitamente las niñas y los relojes, es por eso que tengo celular en mi casa
y es lo único que dice la hora, solo
porque la hora es digital y no hace el horrible sonido de “Tic-Tac”. Lo único
bueno es que Hunnigan está más normal, cuando llegue a trabajar luego de dos
semanas desaparecido ella me sobreprotegía y no me gritaba, ahora es la misma
que antes sigue oprimiéndome cada vez más y llenándome de trabajo.
No recuerdo
nada mas de aquellos horribles días, es tiempo de olvidarme de todo esto y
dejarlo a notado en solo un lugar, así es en mis expedientes.
La próxima vez que
escuche “tic-tac” voy a volverme loco.
wow!!! que historia!!!! desde ahora me volvere mas fan de tu blog deberias de publicar mas a menudo :)
ResponderEliminarmuchas gracias :) ahora mismo estoy por terminar uno :) y si voy a comenzar de nuevo, perdón por la demora. :D
Eliminar