viernes, 17 de enero de 2014

Luna

(En esas misiones donde solo podía esperar por ayuda, la luna era mi única compañía, en esos momentos solo recuerdas a tu familia).

Mi afición por la luna comenzó cuando yo era pequeño, es algo extraño o maravilloso depende de la forma en que lo veas. Lástima que solo de noche la puedo ver. Tenía ocho años y mis padres peleaban a gritos, yo por supuesto no quería escucharlos, así que simplemente salía a mi patio y contaba las estrellas, hasta que la vi, hermosa, redonda, luminosa, era… es tan hermosa.  Mis  padres peleaban muy a menudo, siempre de noche, era la única hora que ambos se veían. Sus peleas eran por dinero o por celos, digamos que mi padre no era fiel, mi madre solo quería  amor, un amor que él no le podía dar. Ah… pensar en ellos simplemente me hace entristecer. Creo que por aquí está mi diario, si en ese entonces tenía uno, era porque no tenía ningún amigo y escribir me hacía sentirme mejor. En donde lo deje, mejor me fijare en mi armario, acá esta, a ver lo que escribí de esa fecha.

“6 de mayo de 1985. Mamá y Papá están peleando de nuevo, creo que es porque mamá descubrió de nuevo a papá con otra mujer, me pregunto porque mamá sigue con él. Pienso que es por el dinero, lo único que espero es que ella no empiece a llorar, me siento muy infeliz cuando papá la ignora. A veces pienso en que estaríamos mejor sin papá, pero no lo sé, no lo quiero dejar solo.”

Wou que impresión, escribía así cuando era chico, que gracioso.  Pero mirando otro lado, que mal que me hacía escucharlos, todavía pienso en que estaríamos mejor sin él. Pero caigo en lo mismo  “{…}  no lo sé, no lo quiero dejar solo”. Hace una semana  lo vi, ahora tiene 70 y algo, sigue siendo el mismo que antes, ahora cree que alguien lo va amar, tuvo millones de oportunidades con mi madre, pero él las desaprovechó todas. Solo piensa en recuperarla… si solo ella estuviera en este mundo, sufre pérdida de memoria, todos sus recuerdos están desordenados, a veces pienso en cómo se debería sentir y sinceramente no lo sé. Hubiera sido lindo tener una familia normal con una vida normal, pero no, ni a su propio hijo se le permitió esa vida.

Los recuerdos que simplemente quieres olvidar te aterrorizan para toda tu vida, solo verlo a él me da tanta pena, ver como se pudre en una silla de hospital, el olor a muerte y las enfermeras esperando que mueras solo para cambiar las sabanas, los doctores solo juegan hacer dioses y deciden cuando vas a morir. Odio ese maldito hospital, más que a nadie odio el sujeto que está en él, con verme él gira su cabeza, desearía matarlo de una vez para no ir a visitarlo nunca más. Porque tengo que pensar en el ahora, algún día seré padre y nunca me comportare como el mío.   


Mi madre murió hace poco, me acuerdo exactamente lo que hice ese día, parecía tan normal como cualquier otro. Me levante para ir a trabajar en mis informes, fui, me senté, escribía solamente,  faltaba poco para ir al descanso, fue cuando un hombre de negro entró y me dijo “Usted es Scott Kennedy” fue extraño cuando dijo mi segundo nombre porque solo una persona me decía Scott, “lamento comunicarle que su madre se encontraba en un estado crítico ayer a las 14:21 p.m, lamentamos decirle que falleció hoy  a las 00:10 a.m” después de esas palabras ya no escuche más, el simplemente se fue. Yo todavía no caí que ella había muerto, así que seguí con mis informes. Luego de cinco horas escribiendo sin parar, mis compañeros se extrañaron de mi comportamiento, yo ya no estaba con ellos, mejor dicho mi madre ya no estaba conmigo… solo escribía no sé qué escribía, pero escribía, como si la única cosa que me quedara era escribir. Mi jefe vio que no me había ido, él ya sabía la noticia, me vio y me dijo “Kennedy salga de esta oficina” fue cuando me detuve y vi por la ventana que tenía al lado mío, la vi… estaba conmigo, ya no estaba solo, la luna me estaba viendo ella nunca me dejo de ver.  Me levante, la mire, y me fui. Cuando Salí del departamento era otro. Las únicas personas que asistieron al funeral  fuimos mi padre y yo,  el lloraba, yo solo quería irme.  Luego de despedirla y ya no saber qué hacer, me tome unos días libres, el gobierno fue muy generoso conmigo me dio un mes de recuperación por servicios prestados, yo ya no quería saber nada mas de nadie.  Cada día mejoraba un poco, pero me levantaba solo para hacer lo justo y necesario, me quedaba en cama todo el día, iba a comprar cuando ya no tenía más comida, mis malos hábitos de tomar volvieron aparecer, no gastaba tiempo en peinarme, ya que estaba todo sucio y andaba todo el día con la misma ropa.






Creí que era el fin de mi larga vida sin descuidos, pero no, aprendí a vivir sin ella, y lo más importante es que no estaba solo.  Fue difícil no voy a mentir, fue una lección de vida, podía avanzar un paso pero retrocedía diez, era tan frustrante caer en la bebida una y otra vez. Necesitaba ayuda, pero ¿de quién? Ark, mi amigo de hace ya  varios años, se enteró de lo sucedido y como él me conoce bastante bien sabe en qué estado me encontraba. Un día llego y toco mi puerta, yo me levante de mi cama y abrí la puerta.

-Hola Leon, por dios mírate, ve a bañarte- llevaba consigo una bolsa del supermercado.-Leon voy a pasar.- yo quería estar solo.

-¿Por qué estas acá?- me anime a preguntarle

-Es por vos Leon, quería asegurarme que no te hubiese suicidado  o cometido alguna estupidez. – dijo con sarcasmo.

-Ya lo hubiera hecho, ¿o no?-  solo miro todo el departamento.

-Leon esto es un chiquero, ni los animales viven en estas condiciones, prepárate vamos a dar unas vueltas.- no quería salir, pero se había tomado la molestia de venir a mi casa, y digamos que él vive en la otra parte de la ciudad, así que me fui a cambiar. Era increíble tenía toda mi ropa con olor a cigarrillos, no me acuerdo cuando fume, es mas no sé si yo fume, es algo que nunca haría.  Le dije que ya estaba listo para irme y subimos a su coche. La luz me lastimaba mis ojos, parecía un viejo ermitaño saliendo de su cueva. – mira será mejor que te mejores, sé que es difícil  y que…- bla bla bla lo deje de escuchar, mucho ruido para mí, me entretuve mirando por la ventana, veía a los niños con sus padres y abuelos. Luego me compara yo con ellos y me sentía menos que nada. -¿Me escuchaste?, ¿Qué decís estás de acuerdo?- eh…

-Sí, si- quería que este paseo acabara e ir de nuevo a mi casa. El paro enfrente de una escuela o algo parecido, el cartel de entrada decía “Bienvenido a la casa de los Psicólogos”, por Dios que era esta basura. -¿Qué mierda hacemos acá?- dije sorprendido, ya me imaginaba el próximo paseo  que dé con Ark, terminaba yo en una junta de  alcohólicos anónimos.

 -Calma Leon, aceptaste a venir ahora no te niegues. – Admito que fue mi culpa no escucharlo, pero es demasiado denso para mí.

-No, no necesito hablar con una persona para que me analice, ya estoy mejor, pasado mañana comienzo a trabajar, no lo necesito.

-Perdón Leon, pero si fuera por mi iríamos a un bar a ver mujeres, pero el gobierno pago esta sesión, no te preocupes vas a estar con el mejor Psicólogo.

-Ark llévame a otro lugar ahora mismo.-

-No Leon, bájate del coche, el paseo se terminó. Cuando tu sesión acabe voy a estar acá.- maldito Ark, él sabe que no lo escucho y se aprovechó de la situación. Ya no tenía ganas de discutir, así que hice lo que me dijo, Salí del coche, entre al maldito lugar y espere mi turno como un idiota. Una chica me atendió luego de unos minutos, me pregunto mi nombre, vio la lista y me dijo que pasara a un cuarto. Cuando entre estaba la típica silla, el típico sillón, la mesa, cuadros y unos ventanales. Mis ojos dolían cada vez  más por la luz.

-Bienvenido señor Kennedy, por favor tome asiento, mi nombre es William y vamos hablar sobre la perdida que tuvo hace un par de semanas- justo el tema del que no quería hablar.

-Mire vamos hacerla más corta, usted quiere descansar yo no quiero hablar, pasemos las horas sin hablar y yo mientras tanto voy a dormir en el sillón, ¿entiende?- el solo se rio de mí, parecía que volvía hacer un niño.

-Comencemos Kennedy, le voy hacer varias preguntas y luego voy a dar mi opinión sobre lo que pasa.- asentí con la cabeza y me senté en el sillón y el en la silla. - ¿Cómo era usted de niño? - ¿Qué clase de pregunta era esa?

-Era feliz.- lo dije de mala gana

-Me refiero a ¿Cuántos amigos tenia? O ¿Cómo se llevaba con los demás niños?

-no tenía amigos, era solitario, los otros niños creían que era un extraño así que no se me acercaban.

-¿Cómo se sentía usted?

-Me sentía bien, nadie me molestaba, disfruto el silencio así que no tenía problema de estar solo.

-¿Tuvo problemas con alguien en estos últimos meses?

-No, solo peleas en los trabajos.

-¿Sabe usted donde esta?

-Claro en un psicólogo-

-¿Qué hora es?- mire mi  mano y vi la hora.

-Son las tres de la tarde.

-Por favor recuerde esa hora- asentí con la cabeza.- ¿Tuvo novia alguna vez?

-Si, por supuesto.

-¿Sus padres sabían de sus relaciones?

-Algunas si, otras no, no quería que vieran con qué clase de chica salía, solo mostraba a las chicas lindas y sencillas o las que parecían buenas.

-¿Cuándo era niño tuvo mascotas?

-Si uno, era de la calle,  su nombre era Pitt, mi mejor amigo.

-Hablando de amigos, la persona que lo trajo acá, ¿cómo se llama?

-Ark Thomson

-¿Cuándo fue la última vez que lo vio?

-Hace unos minutos.

-¿Esta seguro?- lo dijo con un tono serio

-si- este tipo era el que necesitaba tratamiento

-Me puede decir ¿qué hora es?

-Claro como no- mire mi reloj y marcaba- son las- no lo podía creer- son las… diez de la noche- mire por la ventana y era de noche, era algo ilógico, hace unos minutos era de día, me levante del sillón asustado por el cambio. No lo podía creer, tal vez estaba durmiendo en mi sillón y esto era más que un simple sueño.

-Pasemos a la otra pregunta,  es más directa ¿Sabe usted como murió se madre?- me quede congelado, después de unos minutos pensado dije.

-No exactamente, pero estaba en estado crítico- dije esto tartamudeando y sin dejar de ver por la ventana.

-¿Sabe usted en que hospital estaba?

-…no-  ahora que lo pienso como no supe en que hospital estaba, ¿Cómo hicimos el entierro? Yo no organice nada y tampoco mi padre, ¿Cómo no hable con los doctores para saber cómo murió?, no sabía nada de cómo había muerto, lo único que sabía es que estaba muerta.

-¿Sabe quién era el que estaba internado?

-Ella.

-¿Quién es “ella”?

-Mi madre- ¿Qué estaba pasando acá? Esto no era una típica sesión de tratamiento, esto se volvía cada vez más macabro, daba miedo, parecía que me estaba leyendo o algo por el estilo.

-Lo siento Leon pero la persona que estaba internada en estado crítico no era “ella”, sino usted, ahora mismo estas en el hospital, no te das cuenta, Leon recorda… recorda… recorda. En verdad lo olvidaste que estúpido de tu parte, hacer que tu madre muriera en tus recuerdos para sentirte vivo ya estando muerto.- ¿Qué estaba pasando?, ¿Cuándo fue que la conversación cambio?-Bienvenido señor Kennedy, por favor tome asiento, mi nombre no existe, igual que todo esto. – me quede mudo, era incapaz de abrir mi boca, era imposible todo esto era imposible, yo estoy vivo, él está loco.- Kennedy recuerde como murió o necesita ayuda, no tengo todo el tiempo del mundo, aunque usted si- se rio, se acercó a mí, yo seguía inmóvil, me toco la cabeza y fue cuando lo recordé todo. 


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-¡¡¡Cuidado!!! - vi hacia arriba y el tiempo se detuvo, vi como el techo se caí arriba mío, pude ver la reacción de Ark desesperado, pero lo más hermoso que alcance a ver fue la luna alumbrando todo el lugar.
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 Es verdad estoy muerto, el techo de concreto se cayó arriba mío, estábamos en un trabajo a las afueras de la ciudad, lo único que teníamos que hacer era investigar los extraños hechos. Lo hicimos al final solo era un rumor inventado por unos chicos. Estaba caminado por un galpón y Ark me estaba viendo desde afuera, me acerque hasta la puerta y la estructura vieja no aguanto más y se derrumbó.  Estoy muerto… morí, ¿entonces todo fue una mentira?, ¿mi madre, mi padre, ark, el psicólogo? Todo era una mentira de mi subconsciente, en realidad yo estoy muerto.

-…ah, se ve que tengo que hacer todo yo- dijo suspirando- Salvaste a muchas personas y si morís habrá muchas personas que mueran. Te voy a dar otra oportunidad, esta vez trata de no morir tan patéticamente, la próxima vez que te vea no dejare que te vayas.- se me acerco a mí, yo otra vez estaba impactado por sus palabras, me tocó la cabeza y… desperté.

Estaba en un hospital, en la sala de un hospital, todo blanco, vi por la ventana y era de noche, no lo podía creer estaba vivo, reí, todo fue un sueño ¿o no?,  no me importa ahora estaba vivo.

-Leon, amor… ¡¡¡Leon!!!- dijo mi Madre, estaba durmiendo al lado mío en una silla- O Leon estas vivo- empezó a llorar- Ya vengo- se paró rápidamente y abrió la puerta- ¡¡¡Matt, Matt!!! Leon esta despierto, llama a las enfermeras.- estaba viva, y estaba conmigo, mi padre también. Escuchaba todo el ruido que hacían afuera ellos dos solo por mí, otra vez me sentía como un  niño.

-Leon hijo mío estas despierto- mi padre me abrazo yo por supuesto le correspondí. En mi sueño lo hacía más viejo, pero estaba equivocado.- Te extrañamos muchísimo, no sabes la falta que nos hacía.- mi madre también me abrazo, al final todo fue mi imaginación, era conmovedor ver como ellos me abrazaban al mismo tiempo sin importar las diferencias que tenían, pero por otro lado era muy doloroso. Vinieron los doctores y enfermeras, me revisaron y me explicaron que había estado casi un mes hospitalizado e inconsciente, también me dijeron que mi amigo Ark me saco y me trajo a este hospital. Fue todo un héroe, a pesar de los kilos de concreto que tenía arriba mío él se la ideo para sacarme, si no fuera por él, estaría con mi psicólogo.  Luego de unas semanas en terapia y con medicamentos me dieron el alta, pase unas largas vacaciones en la casa de mis padres ja conociendo a mi mamá le habrá dado una nueva oportunidad a mi papá, y el no sería tan idiota de desaprovecharla. Ahora está cambiando sus malos hábitos ya dejo de fumar, lo bueno de eso es que no tengo mi ropa con olor a cigarrillo.  Había bajado mucho de peso, pero ya saben cómo es, un día en la casa de tus padres y subes drásticamente de peso.

Vi a Ark días después, el me hacía bromas y jugaba con mi brazo roto, casi más me quiebra el otro brazo y una pierna, tratando de “matar a un mosquito”, sin olvidar que tengo el nombre Ark por todo el brazo y lápices metidos, no sé cómo,  dentro de mi yeso. Me arrepiento de haberlo invitado a la casa de mis padres.
No sé si fue un sueño o si fue verdad lo que viví cuando estaba inconsciente, pero hay una cosa que nunca me voy a olvidar y son los días de tristeza y depresión que viví en ese sueño. Ahora esos días son reemplazado por días alegre y divertidos con mis padres, hay miles de cosas que no sabía de ellos y otras miles que voy a descubrir.




“En esos momentos solo recuerdas a tu familia”.



(Mensaje de la escritora: Bueno espero que le haya gustado esta historia, dentro de poco subiré la próxima, gracias por seguir leyendo mis fanfic. Si te gustaron entonces no dudes en escribir tu comentario o puntuar el fanfic )


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