sábado, 18 de enero de 2014

Party Girl

   

El gobierno y Hunnigan creen que tengo demasiado tiempo libre… como me gustaría que ellos estuvieran en mi lugar, seria  irónico verlos usando un arma y verlos sufrir un rato, no estoy en mis mejores días. Trabajo de lunes a viernes y siguen usando mis fines de semana como si fuera un juego, debería llamarla a Hunnigan a las tres de la mañana pidiéndole un consejo de cualquier cosa. Tengo días tranquilos, pero como quieren que los siga teniendo si ahora cuidar a una chica. Hace dos semanas tenía mis días libres sin ningún histeriqueo  de una chica, el placer de estar solo en mi sillón se acabó, las horas que dormía también se acabaron, el precioso silencio definitivamente se acabó. Soy un hombre solitario que le gusta estar solo y aprecia la compañía de otros, me llevo bien con personas de mi edad o más grande que yo, pero llevarme bien con los niños no puedo, después de incidente que tuve es imposible que quiera a las niñas. Desearía no haber abierto la boca con hunnigan, tengo que acordarme de no quejarme más con ella.

Creo que empezó cuando por accidente le dije a Hunnigan “Lo único que hago es cuidar los traseros de los políticos y ver que ninguno muera, no sería mejor si cuido a otra persona, o mejor si me dan más días de vacaciones”, ella con un tono bromista me dijo “Puedo solucionarlo, pero no te quejes más, ya se acabó tu descanso ve a trabajar” creí que por fin ella me iba a dar más días de vacaciones.  Estaba tan feliz ese día, ya estaba fijando un lugar tropical para irme a vacacionar, pero no Hunnigan y sus bromas que hacen que quiera matarla.

Días libres, días de tranquilidad, días de silencio… ahora eran días de “necesito esto”, gritos, risas, chicas adolescentes que no saben que hacer, chicos metidos en mi casa. Voy a matarte Hunnigan. Me asigno una misión que no podía negarme, cuidar a la hija del consejero del presidente, ya que el mismo estaba en una reunión con su esposa en África, si hubiera sabido del comportamiento de su hija la hubiera mandado en el primer avión hacia África. Solo era por dos semanas, dos sufridas semanas.  Al enterarme de esto yo quería desaparecer por dos largas semanas, pero viendo todos los contactos de Hunnigan era imposible. Odio a las chicas y ellas me odian, así es mi relación con ellas, porque no un chico creo que me llevaría mejor con él.  Al principio pensé que era una broma, pero al ver chica parada con su maleta al lado de mi coche era verdad. Pero mirando el lado bueno de todo esto aprendí que no voy a quejarme nunca más con Hunnigan, creo que después de todo esto si hay una enseñanza.

Al fin y al cabo la chica tenía 16 años, típica chica adolescente, usaba ropa de moda, un vestido crema, pelo castaño claro y tenía algo muy particular, se había lastimado todo su brazo tratando de levantar un mueble.  Lo primero que pensé al verla era “esta chica se ve callada, no me mira, al parecer es tímida y si lo es mejor, no creo que me fastidie”, ah… Leon Leon las apariencias engañan.

En el camino a casa ella empezó hablándome.

-¿Por cuánto tiempo me voy a quedar?- me impresiono un poco lo directa que fue, tal vez será porque en ningún momento estando con Hunnigan me había hablado.

-Al parecer dos semanas, pero tranquila el tiempo pasa volando- quería conocerla más, si se iba a quedar en mi casa mínimo tenía que saber algo más que solo su expediente y además no me quería llevar mal.

-Mmm…¿Qué es esto?- empezó a tocar los botones que tenía en mí coche.

-Son botones del estéreo- pensé “bueno es una chica curiosa”

-Ah… y esta palanca- había jalado la palanca de freno, las ruedas  pararon y el coche freno en un segundo, no sé cómo no morimos, menos mal que faltaba una cuadra para llegar y por eso no estaba yendo rápido. Literalmente escuche como mi coche se desarmaba de a poco.- ¿Por qué frenaste?- esto iba mal en peor,  no pasó una hora y ya la odiaba. Como era la hija del consejero no la podía insultar así que reserve todas mis opiniones y me acomode el pelo.

-Estás loca casi más morimos lo que jalaste er-

-¿Disculpa como me dijiste? Loca a mí, ¿qué te pasa?, siempre sos tan amargado.  Púdrete yo solo quería agregar un poco de diversión.- cuando me di cuenta tenía mi mano sobre mi arma, me calme e hice que no escuche nada, todavía podíamos llevarnos bien.

-Sera mejor que entremos- baje del coche y  vi toda la calle marcada con mis neumáticos, no me atreví a ver mi coche porque no solo la mataba sino  hacia desaparecer el cuerpo. –Tu cuarto está a la derecha, intenta no hacer ruido.

-Como digas.- se fue al cuarto y se encerró en él, a mí no me importaba lo que hiciera, solo trece días más.
Bueno un problema menos, tenía que llamar a un mecánico… mi coche. Ah… ya casi era hora de comer así que con decidí pedir pizza, no tenía ganas de preparar nada después de  imaginarme el costo del coche.  Me senté en mi sillón para dormir un poco antes de comer, que tranquilidad todo silencioso, que lastima que no duro mucho. La chica, Ellen, había puesto a todo volumen su música, no sé qué era eso, pero hacia demasiado ruido. Ya fastidiado por lo sucedido me levante y fui hasta la puerta de su cuarto, golpee la misma más de diez veces para que ella se dignara abrirla.

-¿Por qué haces tanto ruido?- no había pasado un día y yo la quería de volver.

-Baja el volumen o pone algo que se pueda escuchar. Ah y dentro de unos minutos comemos así que prepárate. – me hizo una mueca y cerró la puerta.

Me di media vuelta y me senté de nuevo en mi sillón, había bajado el volumen del estéreo, las cosas se tranquilizaban, creo que no nos habíamos hablado lo suficiente para llevarnos bien. Pensé en las cosas que las chicas adolescentes hacen y a que lugares van.  Sabía que no estudiaba y que odiaban los libros, que los chicos están tras de ellas y todo eso de… hormonas y ropa, no sé en verdad que hacen.

Ya había llegado la comida, prepare la mesa para comer cómodos. Ahora solo faltaba avisarle a ella que estaba todo listo, fui a visarle y ella solo salió de su cuarto y se acomodó, como quiso, en la silla. Tenía el mal presentimiento que dentro de unas horas le iba a gritar. Los dos comimos callados, ella tenía una revista en su mano, y yo pensaba en que podía hablar con ella.

-¿Se te ocurre algo para hacer?- solo quería calmar las cosas entre nosotros, lo único que nos hacía falta era comunicarnos.

-… no está bien… no hace falta.- es una chica reservada en todos los sentidos. Esta era una actitud que no note de ella.

-Si quieres vamos al parque- lo dije con un cierto tono de inocencia al no saber que hacen ellos, ya no son como en mis tiempo.

-¿Qué crees que soy, una niña?- tomó la caja de pizza y se volvió a encerrar.  Me quede sin palabras, estaba enojado por la forma en que contestaba,  un simple “no” era suficiente, porque tiene que exagerar todo. Ahora estaba yo buscando que comer, mínimo pudo esperar a que tome otra porción de pizza.

Era de noche, no tenía nada que hacer, así que me senté en mi amado sillón y empecé a leer el periódico, hubo un coche en la autopista, bla bla bla… el consejero de la nación está de vacaciones… ¡¿Qué?! ¿Cómo de vacaciones? No puede ser, se habrán equivocado, busque la hoja donde estaba la noticia y decía   “el consejero de la nación tomo una merecidas vacaciones por dos semanas en África, su mujer y el estaban realmente feliz {…}  ¿y su hija? Se desconoce el paradero de la misma, se rumorea que está en la casa de un agente del gobierno, acuérdense que ella no tiene a nadie en Estados Unidos ahora…”     cuando vuelvan de su viaje de “negocios” los voy a mata a él y a Hunnigan, que es lo que piensan que soy una niñera, creí que era una persona en la que podía confiar, ahora simplemente es una extraña.

Al día siguiente deje que ella me pasara por arriba, simplemente no quería pelear, además lo único que tenía que hacer era cuidarla, no tenía que ir a trabajar ni hacer informes. Así que simplemente lo tome como unas vacaciones, todo iba según mi plan hasta que

-Quiero salir-

-¿A dónde?-dije acomodándome en mi sillón y tomando mi café

-A bailar-

-Ni lo pienses, si te pasa algo y yo no estoy con vos me van a matar.

-Ya lo sé, acompáñame- casi más escupo todo mi café al escucharla.

- jajaajajaaja, ya de en serio no- se puso más histérica y empezó a gritar

-Quiero salir, me temes en esta casa de dos centímetros, no puedo hacer nada, quiero salir- solo paso un día, ¡¡¡UN DÍA!!!

-No, además es Martes no hay ningún boliche abierto, y basta tengo que cuidarte y ya me estas llevando mucho trabajo.

-Claro para ti soy un trabajo, no me importa, hay uno abierto queda a un par de cuadras.
-Que no y basta-

-Okey… vas a ver ya me vas a decir que si.- increíblemente se fue, otra vez la tranquilidad, como la extrañaba.

Pero no duro mucho, empezó hacer un berrinche y a tocar su guitarra cada vez más fuerte, subió el volumen de su música y empezó a tirar todo. Le golpee la puerta miles de veces pero ninguna la escucho. De a poco los vecinos iban viniendo a mi departamento quejándose por el ruido y como no si era las tres de la tarde.  Ya estoy harto, quería que el ruido pare de una vez, lo hacía cada vez más fuerte, no quería que la policía venga por el volumen alto, además no vivo en cualquier departamento mis vecinos son personas importantes como yo.  Si a mí me hicieran lo mismo creo que me tendrían que venir a buscar con un patrullero. Estaba demasiado nervioso e histérico, como los padres hacen para tranquilizarla, no lo sabía, así que la única opción que me quedaba era… apague la electricidad de mi casa. Ya estaba todo tranquilo, ella por supuesto como loca, pero no podía usar nada, ahora solo gritaba en su cuarto. Hasta que salió y me empezó a gritar a mí.

-¿Por qué no me dejas salir? ¿Qué quieres? Soy una chica normal quiero salir con amigos.

-No es no y basta de estas cosas, los vecinos se están quejando-

-¿Quieres ver como llaman a la policía?-

-¿Qu?- Empezó a gritar como loca

-¡¡¡Ayuda, necesito ayuda, quiere abusar de mí, ayuda!!!- sus gritos me hicieron acordarme a la hija del ex  presidente.-Ayuda.- le tape la boca e hice silencio para saber si había alguien que había escuchado los gritos y no, nadie escucho nada, ahora la podía matar, está bien no, pero por lo menos podía hacer que pare.

-Está bien, te voy a acompañar solo hasta las 3 de la mañana- al principio no le gustó la idea pero era su única oportunidad de dejar este departamento.

-Solo por esta vez me vas acompañar, vas  a ver que es seguro y me dejaras ir cuantas veces yo quiera.- asentí con la cabeza, cansado de todo sus desastres.

-No hagas ruido, antes de ir voy a dormir.

Increíblemente me dejo dormir toda la tarde hasta que la hora llego, me prepare para ir como un guardaespaldas, traje, anteojos de sol, actitud ruda. Salí de mi cuarto y la vi con minifalda, maquillada, remera suelta y pelo suelo.

-Así vas a ir así- la mire de arriba abajo, no creía que estuviera adecuadamente vestida, se exponía mucho- no te sería mejor unos pantalones largos y una camisa, preferencialmente abrochada hasta arriba de todo.- me miro y solo se rio, era la primera vez que se reía, fue algo lindo, empezaba actuar como su papa, a mí también me hizo gracia y nos reímos.

-Está bien cómo voy así van todas. No creo que puedas hablar, mira cómo vas vestido, ¿traje? Jaja ¿serás mi guardaespaldas?-

-Eso mismo, solo te voy a observar de lejos y si pasa algo me voy acercar.

-Entendido jefe, ya vámonos.- wou estaba sorprendido pude hablar con ella sin que me gritara, al parecer estoy entendiendo más a los adolescentes.

Fuimos con mi coche, era verdad que solo quedaba a un par de cuadras, estaba todo tranquilo, la fila de las personas rodeaba toda la cuadra, pero supongo que eso era normal, hace mucho que no voy a tomar y a bailar con mis amigos. Bajamos los dos y sinceramente no quería hacer fila, además no tenía ganas de esperar a nadie, así que fui hacer lo mejor que se hacer. Me acerque al guardia de seguridad, Ellen no entendía nada.

-Buenas noches, agente de seguridad- le mostré mi credencial y me dejo pasar, Ellen estaba realmente feliz no sabía que había hecho pero estaba feliz igual. Todos nos miraban con odio, me dio mucha gracia eso, creo que nos subió el ego a los dos, teníamos algo en común los dos somos orgullosos. Pasamos y estaba todo oscuro y la música muy fuerte, ya sé por qué no salía más con mis amigos, no me gustaba, prefería quedarme en café sentado en mi sillón y viendo las noticias o ir con Ark y jugar un partido de cartas.  Como sea ella se fue a bailar con unas chicas que recién conocía, pero se ve que se llevaban bien, bueno hablaban mucho no sé si eso es llevarse bien, las mujeres son tan extrañas, hablan por horas con otra y a los dos segundos ya la están criticando. Yo como no quería quedarme parado, fui hacia la escalera y el piso de arriba que era solo para personas con entradas vip y otra vez dije: “agente de seguridad, necesito cuidar a una chica” me dejaron pasar simplemente, jajaja mi ego volvía a crecer.  Me senté en cerca del pasamano y la veía bailar, de paso me pedí algo para tomar. Pasaron las horas, hasta que un hombre ya grande se le acerco, Ellen le daba la espalda por lo que no podía verlo, ella durante toda la noche rechazó a todos los chicos, solo estaba con sus nuevas amigas,  tuve una nueva impresión de ella, no era la típica chica que le importaba estar con todos los chicos, si no más reservada.  Vi la jugada, sus amigos lo estaba viendo desde el bar esperando que el bailara con la chica joven, típico idiota de 30 divorciado. Me pare no quería pasara nada malo, mientras bajaba la escalera vi como el la toco, ya esta le iba a partir la cara a ese idiota, ella estaba asustada, le dijo algo, creo que lo mando a volar, mientras me acercaba, él la estaba agarrando fuerte, sus amigas no la vieron había muchas personas, cada vez paso que daba era cada puño en su cara. Estaba atrás del sujeto, lo tome por el hombre y lo puse enfrente a mí.

-¿Qué te pase estúpido?

-Con todo respeto- el me empujó, estaba harto que tipos como el estuvieran arruinando la noche de Ellen, así que me deshice de él, le pegue en la cara tan fuerte que lo noquee.  Todas las personas del boliche se hicieron para atrás, vi la cara de Ellen y estaba llorando, me impacto mucho que ella llorara, me sentí impotente de no haberla protegido o mínimo haber evitado que el la tocara. Lo vi tirado en el piso,  me tire arriba de él y le empecé a pegar cada vez más fuerte en la cara, los guardias de seguridad me sacaron del lugar con tanta fuerza que cedi, Ellen lloraba cada vez más.  Me sacaron por la puerta trasera del boliche, bueno más bien me tiraron por la puerta trasera, Ellen estaba al lado mío.

-No vuelvan más- dijo el guardia que me tiro. Cerró la puerta y se fue.

-No te preocupes no volveremos más.- mis brazos me dolían, mi mano sobre todo, tenía sangre de aquel tipo. Tome un papel que tenía y me limpie. Ellen seguí llorando, era la primera vez que alguien la tocaba sin que ella quisiera. – Vamos- dije con una sonrisa en mi cara y con apatía. Ella solo asintió con la cabeza. Ya estábamos llegando a mi casa, en todo el camino ninguno de los dos abrió la boca, no podía creer lo que paso. Bajamos del coche los dos y entramos, preocupado por la situación le dije.

-Perdón, no baje a tiempo.

-Está bien, gracias, pero la próxima vez no le pegues en la cara déjalo sin espada, ¿okey?- me reí de su comentario, estaba mejor que hace unos minutos.

-Okey. La noche todavía es joven, ¿quieres ir a otro lugar?

-No… creo que me iré a bañar y después a dormir, gracias Leon por todo. Se dirigió a su dormitorio, yo me quede en el pasillo, y ella antes de abrir la puerta se dio media vuelta y me abrazo. Yo también lo hice.

-No va a volver a pasar-

-Te creo, bueno ahora si me voy, será  mejor que me saque el olor a viejo-lo dijo riéndose, ahora si estaba mucho mejor que antes.

Pasaron los días, eran tranquilos, jugaba a las cartas con Ellen, siempre me ganaba, para mi hacia trampa, nos divertíamos. Ella me había preguntado si unos amigos podían venir, así que le dije que sí. A la mañana  note que la tele estaba prendida, así que me pare y fui al comedor, estaba normal, es decir sin remera con mis pantalones y despeinado. Cuando llegue al comedor estaban las amigas de Ellen mirándome como si fuera un Sex simbol… fue muy incómodo, solo atraigo a las niñas, nunca a mujeres, mi ego cayo. Ya era tarde para desaparecer entre las sombras, ellas me habían visto y no dejaban de hacerlo, me atreví a ver la cara de Ellen y era algo como “vístete por favor, me das vergüenza ajena”, mi ego caí cada vez más bajo.
-Hola chicas, ¿comen algo?- ellas no sabían si contestarme con “si a vos” o adecuadamente, así que una chica se animó a responder.

-…No gracias, yo estoy más que bien- disimulación nivel cero.
-Está bien, me iré.- me quería morir. Me fui a bañar y me asegure de vestirme bien, no quería ser violado por sus miradas, ya darme vuelta enfrente de ellas y dejar toda mi espalda expuesta  fue todo un trauma, podía sentir como me iban sacando la ropa de a poco. Desde mi cuarto escuche como se reían y hablaban de chicos, no quería interrumpir la conversación, así que me quede en mi cuarto, estaba cómodo y podía dormir.

Todo estaba muy bien en mis sueños, pero con Ellen cerca era imposible que durara mucho, la música me despertó, había muchos gritos. Salí de mi cuarto y vi a todos los jóvenes  rompiendo mis cosas y destruyendo todo, era peor que un apocalipsis zombie. Era el único adulto, la mayoría ya estaba borracha. Todos estaban bailando en el comedor, tomando en la cocina y no quiero imaginarme que hacían en los cuartos. Debía encontrar a Ellen, ahora si la mataba, como iba hacer una fiesta mientras yo dormía, como no me desperté antes… son las 00:01 ¿Cómo puede ser? Nunca dormir tanto en mi vida.  La pequeña mentirosa estaba en una esquina, se veía bastante alterada y al parecer estaba peleando con una de sus amigas.

-Que mierda hicistes, solo las invite a ustedes, ahora me va  matar si despierta, se tiene que ir ahora.- bastante alterada estaba

-No hice nada malo, además vos me dijiste que querías ser conocida, cuando lo dijiste por dentro no pare de reírme, como “vos”, un bicho raro, va a querer ser conocida, me voy.-  fue cuando me metí.

-No vas a ir a ningún lado, vos y todas tus amigas- las tome del brazo y con una soja que había las ate a las tres en la manija de un mueble.- esperen limpiar todo esto para irse.

“¿Que mierda haces?” digiero las tres al mismo tiempo. Me pare en medio de la sala y dije.

-Chicos los invito a todos a mi boliche, me caen todos bien, así que ¡¡¡entradas gratis y bebida gratis!!!- todos gritaron de emoción- Eso sí, tiene que ir ahora o no los voy a dejar pasar.- Todos, absolutamente todos, salieron de mi departamento hacia el boliche que estaba a pocas cuadras. Excepto, por supuesto, las tres chicas.

-Bueno chicas limpien todo sino no van a ir a su casa y les puedo asegurar que no se van a ir sin antes limpiar todo esto, y lo mismo para vos- mire a Ellen.

Me daba mucha gracia que estén limpiando y todo lo que había pasado, no rompieron nada de valor, menos mal, pero si ensuciaron todo. Fui al baño y había pastillas en la ducha,  ni siquiera quería sabe qué tipo de pastillas, así que deje pasar de alto todo.  Faltaba poco para que terminaran de limpiar, luego de dos horas terminaron. El departamento quedo más limpio de lo que tenía, menos mal porque estaba pensando en contratar a una mucama.

Las chicas se fuero, y no las volví a ver por el barrio, ahora Ellen como castigo debería hacer la comida y tareas del hogar por toda la semana o parte ella. 

Se terminó la primera semana…

Lunes al mediodía, tranquilidad, silencio, solo se escuchaba las hojas de los árboles y algunos animales.  Me levante como de costumbre y fui directo al baño, me prepare antes de salir, por si hubiera alguien.  Salí de mi cuarto y note que  Ellen estaba en la cocina, me sorprendió un poco porque pensaba que no sabía cocinar, bueno digamos que mis pensamientos no estaban muy errados.  Me acerque a ella y vi que intentaba fritar un huevo… o lo que sea que era antes, por supuesto que me reí.

-Basta, está quedando bien… hola.- lo dijo entre suspiros.

-Mmm… mejor vayamos a desayunar a otro lugar, yo invito.

-No, ya termino me tomo toda la mañana hacer esto.-  no sé porque se me ocurrió ver el piso, mala idea, estaba lleno de huevos y cosas que no sé qué era, pero calculo que eran comestibles. Gire mi cabeza  y vi platos sucios, cubiertos quemados, papel en todos lados.

-¿Las chicas no habían limpiado todo?- lo dije con sarcasmo y riéndome.

-Ja, ja, no da gracia, es la primera vez que cocino… ya está, sentate.-vi que puso esa cosa en un plato y me lo llevo a la mesa, yo la seguí,  en verdad me tenía que comer esto. Ella se sentó enfrente de mí.

-Hey espera ¿Por qué no comes?

-No quiero morir, además vos dijiste que tengo que hacer las tareas del departamento y acá esta, te presento mi tarea- ahora era ella la que hablaba con sarcasmo.- mire mi plata y era marrón y blanco, distinguía algo amarillo, pero no estaba seguro. Lo di vuelta a ver si cambiaba un poco la forma y no, era peor ahora su color era negro. No sabía si ella intentaba matarme o simplemente era una broma. La mire a ella para confírmalo y si era verdad lo tenía  que  comer. Tome el cubierto y desprendí algo, lo lleve hasta mi boca y pude sentir el sabor del huevo quemado y la sal pegada, fue horrible.  Nunca había comido tan mal en mi vida, y todavía me faltaba terminar el plato.

-¿Y como esta?-

-En verdad te voy a pagar unas clases de cocina, te servirían para toda tu vida.

-Ja ja, termina de comer, me tarde mucho para que lo desperdicies- se paró y se fue a lavar los platos.

-Ya está desperdiciado-dije murmurando. Por una parte tenía razón, pero si lo comía iba a morir, además era algo grande, ¿muchos huevos?... no lo sé.  Muy Leon si lo comes rápido se acaba rápido. Me anime a trágamelo todo de una, tome el cubierto y el plato, abrí bien la boca y metí toda la junta de huevos. Dios que asco, traje todo el agua que tenía al lado y todo se había acabado.-Puff… Ellen ya está.- me pare para alcanzarle el plato. Pero no sé si lo llegue hacer.



-…Leon, Leon, o por Dios estas bien, perdón perdón, todo fue mi culpa.- ¿Qué estaba pasando?, ¿en dónde estaba?, estaba muy mareado.

-Señor Kennedy le quiero pedir disculpas por los problemas causado.- ¿Quién es?- soy el consejero de la nación.- ¿Qué hacia acá? Tendría que estar en sus vacaciones el imbécil-

-¿En dónde estoy?

-Leon estas en un hospital, perdón fue mi culpa, no pensé que iba hacer tan malo.

-¿Qué cosa?

-Al parecer mi comida no es la más saludable de todas, ups…-

-Ups… ¡Ups!, Ellen estoy en el hospital por tu “Ups”

-Je, je es que era la primer a vez y fue tu culpa.

-En verdad voy a matate- después de decirlo mira el lugar. Ellen  estaba al lado mío, el consejero enfrente de mis pies y un enfermero al lado de la puerta.

-Señor Kennedy tuvo un problema en el hígado, estómago y toda la parte ascendente de los intestinos.  La comida que ingirió era altamente toxica, es increíble que usted este consiente, tuvo que ir a operación para sustraer la toxina. – no me importara que estuviera su padre, el presidente o quien sea que este, esta vez la mataba.

-¡Ellen!- la mire con mi típica cara de asesino.

-Perdón, Perdón, ya te lo dije Perdón. No quise mandarte al hospital, es que no sabía dónde estaba el aceite, así que puse algo parecido.- Cada vez que abría la boca lo empeoraba más y más.
-Sigo, ahora mismo tiene que hacer reposo y tomas antibióticos por un largo tiempo, pero gracias a esta jovencita está vivo, si no hubiera llamado a tiempo ahora mismo estaríamos en un funeral.- el funeral sería más divertido. – Me tengo que ir, dentro de unas horas pasare a ver como se encuentra.- se despidió de todos y se fue.

-Bueno ahora que sabemos que estas mejor…- Como la odie ese día.

- Agente Kennedy  pagare todos sus gastos y será recompensado.- Me estiro su mano para despedirme, yo igual.- Bueno será mejor que me vaya.- no lo iba dejar que se fuera así como así, yo tuve que hacer de niñera por dos semanas y casi más me cuesta mi vida.

-Espero que haya pasado bien sus vacaciones- la cara le cambio totalmente, Ellen también tenía bronca de no haber ido, así que ella me siguió el juego.- Yo también necesito algunas, y más por todo esto, estoy realmente agotado.

-Bueno… podemos hacer algo para solucionarlo, ¿Qué le parece ir a…?

-Ir a las islas tropicales estaría bien- no espere a que terminara de hablar.

-Voy hacer todo lo posible agente, gracias por todo- termino de decir estas palabras y se fue tan rápido como pudo. Ellen y yo nos reíamos.

-Leon no me extrañes- te juro que no lo iba hacer- voy a venir a visitarte cada vez que pueda. – esta vez si iba a morir, tengo que acordarme de hacer mi testamento.-Bye Leon nos vemos.




Fue la única forma de ganarme mis merecidas vacaciones.

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