El gobierno y Hunnigan creen que tengo demasiado tiempo
libre… como me gustaría que ellos estuvieran en mi lugar, seria irónico verlos usando un arma y verlos sufrir
un rato, no estoy en mis mejores días. Trabajo de lunes a viernes y siguen
usando mis fines de semana como si fuera un juego, debería llamarla a Hunnigan
a las tres de la mañana pidiéndole un consejo de cualquier cosa. Tengo días
tranquilos, pero como quieren que los siga teniendo si ahora cuidar a una
chica. Hace dos semanas tenía mis días libres sin ningún histeriqueo de una chica, el placer de estar solo en mi
sillón se acabó, las horas que dormía también se acabaron, el precioso silencio
definitivamente se acabó. Soy un hombre solitario que le gusta estar solo y
aprecia la compañía de otros, me llevo bien con personas de mi edad o más
grande que yo, pero llevarme bien con los niños no puedo, después de incidente
que tuve es imposible que quiera a las niñas. Desearía no haber abierto la boca
con hunnigan, tengo que acordarme de no quejarme más con ella.
Creo que empezó cuando por accidente le dije a Hunnigan “Lo
único que hago es cuidar los traseros de los políticos y ver que ninguno muera,
no sería mejor si cuido a otra persona, o mejor si me dan más días de
vacaciones”, ella con un tono bromista me dijo “Puedo solucionarlo, pero no te
quejes más, ya se acabó tu descanso ve a trabajar” creí que por fin ella me iba
a dar más días de vacaciones. Estaba tan
feliz ese día, ya estaba fijando un lugar tropical para irme a vacacionar, pero
no Hunnigan y sus bromas que hacen que quiera matarla.
Días libres, días de tranquilidad, días de silencio… ahora
eran días de “necesito esto”, gritos, risas, chicas adolescentes que no saben
que hacer, chicos metidos en mi casa. Voy a matarte Hunnigan. Me asigno una
misión que no podía negarme, cuidar a la hija del consejero del presidente, ya
que el mismo estaba en una reunión con su esposa en África, si hubiera sabido
del comportamiento de su hija la hubiera mandado en el primer avión hacia
África. Solo era por dos semanas, dos sufridas semanas. Al enterarme de esto yo quería desaparecer
por dos largas semanas, pero viendo todos los contactos de Hunnigan era
imposible. Odio a las chicas y ellas me odian, así es mi relación con ellas,
porque no un chico creo que me llevaría mejor con él. Al principio pensé que era una broma, pero al
ver chica parada con su maleta al lado de mi coche era verdad. Pero mirando el
lado bueno de todo esto aprendí que no voy a quejarme nunca más con Hunnigan,
creo que después de todo esto si hay una enseñanza.
Al fin y al cabo la chica tenía 16 años, típica chica adolescente,
usaba ropa de moda, un vestido crema, pelo castaño claro y tenía algo muy
particular, se había lastimado todo su brazo tratando de levantar un mueble. Lo primero que pensé al verla era “esta chica
se ve callada, no me mira, al parecer es tímida y si lo es mejor, no creo que
me fastidie”, ah… Leon Leon las apariencias engañan.
En el camino a casa ella empezó hablándome.
-¿Por cuánto tiempo me voy a quedar?- me impresiono un poco
lo directa que fue, tal vez será porque en ningún momento estando con Hunnigan
me había hablado.
-Al parecer dos semanas, pero tranquila el tiempo pasa
volando- quería conocerla más, si se iba a quedar en mi casa mínimo tenía que
saber algo más que solo su expediente y además no me quería llevar mal.
-Mmm…¿Qué es esto?- empezó a tocar los botones que tenía en
mí coche.
-Son botones del estéreo- pensé “bueno es una chica curiosa”
-Ah… y esta palanca- había jalado la palanca de freno, las
ruedas pararon y el coche freno en un
segundo, no sé cómo no morimos, menos mal que faltaba una cuadra para llegar y
por eso no estaba yendo rápido. Literalmente escuche como mi coche se desarmaba
de a poco.- ¿Por qué frenaste?- esto iba mal en peor, no pasó una hora y ya la odiaba. Como era la
hija del consejero no la podía insultar así que reserve todas mis opiniones y
me acomode el pelo.
-Estás loca casi más morimos lo que jalaste er-
-¿Disculpa como me dijiste? Loca a mí, ¿qué te pasa?, siempre
sos tan amargado. Púdrete yo solo quería
agregar un poco de diversión.- cuando me di cuenta tenía mi mano sobre mi arma,
me calme e hice que no escuche nada, todavía podíamos llevarnos bien.
-Sera mejor que entremos- baje del coche y vi toda la calle marcada con mis neumáticos,
no me atreví a ver mi coche porque no solo la mataba sino hacia desaparecer el cuerpo. –Tu cuarto está
a la derecha, intenta no hacer ruido.
-Como digas.- se fue al cuarto y se encerró en él, a mí no me
importaba lo que hiciera, solo trece días más.
Bueno un problema menos, tenía que llamar a un mecánico… mi
coche. Ah… ya casi era hora de comer así que con decidí pedir pizza, no tenía
ganas de preparar nada después de imaginarme
el costo del coche. Me senté en mi
sillón para dormir un poco antes de comer, que tranquilidad todo silencioso,
que lastima que no duro mucho. La chica, Ellen, había puesto a todo volumen su
música, no sé qué era eso, pero hacia demasiado ruido. Ya fastidiado por lo
sucedido me levante y fui hasta la puerta de su cuarto, golpee la misma más de
diez veces para que ella se dignara abrirla.
-¿Por qué haces tanto ruido?- no había pasado un día y yo la
quería de volver.
-Baja el volumen o pone algo que se pueda escuchar. Ah y
dentro de unos minutos comemos así que prepárate. – me hizo una mueca y cerró
la puerta.
Me di media vuelta y me senté de nuevo en mi sillón, había
bajado el volumen del estéreo, las cosas se tranquilizaban, creo que no nos
habíamos hablado lo suficiente para llevarnos bien. Pensé en las cosas que las
chicas adolescentes hacen y a que lugares van.
Sabía que no estudiaba y que odiaban los libros, que los chicos están
tras de ellas y todo eso de… hormonas y ropa, no sé en verdad que hacen.
Ya había llegado la comida, prepare la mesa para comer cómodos.
Ahora solo faltaba avisarle a ella que estaba todo listo, fui a visarle y ella
solo salió de su cuarto y se acomodó, como quiso, en la silla. Tenía el mal
presentimiento que dentro de unas horas le iba a gritar. Los dos comimos
callados, ella tenía una revista en su mano, y yo pensaba en que podía hablar
con ella.
-¿Se te ocurre algo para hacer?- solo quería calmar las cosas
entre nosotros, lo único que nos hacía falta era comunicarnos.
-… no está bien… no hace falta.- es una chica reservada en
todos los sentidos. Esta era una actitud que no note de ella.
-Si quieres vamos al parque- lo dije con un cierto tono de
inocencia al no saber que hacen ellos, ya no son como en mis tiempo.
-¿Qué crees que soy, una niña?- tomó la caja de pizza y se
volvió a encerrar. Me quede sin
palabras, estaba enojado por la forma en que contestaba, un simple “no” era suficiente, porque tiene
que exagerar todo. Ahora estaba yo buscando que comer, mínimo pudo esperar a
que tome otra porción de pizza.
Era de noche, no tenía nada que hacer, así que me senté en mi
amado sillón y empecé a leer el periódico, hubo un coche en la autopista, bla
bla bla… el consejero de la nación está de vacaciones… ¡¿Qué?! ¿Cómo de
vacaciones? No puede ser, se habrán equivocado, busque la hoja donde estaba la
noticia y decía “el consejero de la nación tomo
una merecidas vacaciones por dos semanas en África, su mujer y el estaban realmente
feliz {…} ¿y su hija? Se desconoce el
paradero de la misma, se rumorea que está en la casa de un agente del gobierno,
acuérdense que ella no tiene a nadie en Estados Unidos ahora…” cuando
vuelvan de su viaje de “negocios” los voy a mata a él y a Hunnigan,
que es lo que piensan que soy una niñera, creí que era una persona en la que
podía confiar, ahora simplemente es una extraña.
Al día siguiente deje que ella me pasara por arriba,
simplemente no quería pelear, además lo único que tenía que hacer era cuidarla,
no tenía que ir a trabajar ni hacer informes. Así que simplemente lo tome como
unas vacaciones, todo iba según mi plan hasta que
-Quiero salir-
-¿A dónde?-dije acomodándome en mi sillón y tomando mi café
-A bailar-
-Ni lo pienses, si te pasa algo y yo no estoy con vos me van
a matar.
-Ya lo sé, acompáñame- casi más escupo todo mi café al
escucharla.
- jajaajajaaja, ya de en serio no- se puso más histérica y
empezó a gritar
-Quiero salir, me temes en esta casa de dos centímetros, no
puedo hacer nada, quiero salir- solo paso un día, ¡¡¡UN DÍA!!!
-No, además es Martes no hay ningún boliche abierto, y basta
tengo que cuidarte y ya me estas llevando mucho trabajo.
-Claro para ti soy un trabajo, no me importa, hay uno abierto
queda a un par de cuadras.
-Que no y basta-
-Okey… vas a ver ya me vas a decir que si.- increíblemente se
fue, otra vez la tranquilidad, como la extrañaba.
Pero no duro mucho, empezó hacer un berrinche y a tocar su
guitarra cada vez más fuerte, subió el volumen de su música y empezó a tirar
todo. Le golpee la puerta miles de veces pero ninguna la escucho. De a poco los
vecinos iban viniendo a mi departamento quejándose por el ruido y como no si
era las tres de la tarde. Ya estoy
harto, quería que el ruido pare de una vez, lo hacía cada vez más fuerte, no
quería que la policía venga por el volumen alto, además no vivo en cualquier
departamento mis vecinos son personas importantes como yo. Si a mí me hicieran lo mismo creo que me
tendrían que venir a buscar con un patrullero. Estaba demasiado nervioso e
histérico, como los padres hacen para tranquilizarla, no lo sabía, así que la
única opción que me quedaba era… apague la electricidad de mi casa. Ya estaba
todo tranquilo, ella por supuesto como loca, pero no podía usar nada, ahora
solo gritaba en su cuarto. Hasta que salió y me empezó a gritar a mí.
-¿Por qué no me dejas salir? ¿Qué quieres? Soy una chica
normal quiero salir con amigos.
-No es no y basta de estas cosas, los vecinos se están
quejando-
-¿Quieres ver como llaman a la policía?-
-¿Qu?- Empezó a gritar como loca
-¡¡¡Ayuda, necesito ayuda, quiere abusar de mí, ayuda!!!- sus
gritos me hicieron acordarme a la hija del ex
presidente.-Ayuda.- le tape la boca e hice silencio para saber si había
alguien que había escuchado los gritos y no, nadie escucho nada, ahora la podía
matar, está bien no, pero por lo menos podía hacer que pare.
-Está bien, te voy a acompañar solo hasta las 3 de la mañana-
al principio no le gustó la idea pero era su única oportunidad de dejar este
departamento.
-Solo por esta vez me vas acompañar, vas a ver que es seguro y me dejaras ir cuantas
veces yo quiera.- asentí con la cabeza, cansado de todo sus desastres.
-No hagas ruido, antes de ir voy a dormir.
Increíblemente me dejo dormir toda la tarde hasta que la hora
llego, me prepare para ir como un guardaespaldas, traje, anteojos de sol,
actitud ruda. Salí de mi cuarto y la vi con minifalda, maquillada, remera
suelta y pelo suelo.
-Así vas a ir así- la mire de arriba abajo, no creía que
estuviera adecuadamente vestida, se exponía mucho- no te sería mejor unos
pantalones largos y una camisa, preferencialmente abrochada hasta arriba de
todo.- me miro y solo se rio, era la primera vez que se reía, fue algo lindo,
empezaba actuar como su papa, a mí también me hizo gracia y nos reímos.
-Está bien cómo voy así van todas. No creo que puedas hablar,
mira cómo vas vestido, ¿traje? Jaja ¿serás mi guardaespaldas?-
-Eso mismo, solo te voy a observar de lejos y si pasa algo me
voy acercar.
-Entendido jefe, ya vámonos.- wou estaba sorprendido pude
hablar con ella sin que me gritara, al parecer estoy entendiendo más a los
adolescentes.
Fuimos con mi coche, era verdad que solo quedaba a un par de
cuadras, estaba todo tranquilo, la fila de las personas rodeaba toda la cuadra,
pero supongo que eso era normal, hace mucho que no voy a tomar y a bailar con
mis amigos. Bajamos los dos y sinceramente no quería hacer fila, además no
tenía ganas de esperar a nadie, así que fui hacer lo mejor que se hacer. Me
acerque al guardia de seguridad, Ellen no entendía nada.
-Buenas noches, agente de seguridad- le mostré mi credencial
y me dejo pasar, Ellen estaba realmente feliz no sabía que había hecho pero
estaba feliz igual. Todos nos miraban con odio, me dio mucha gracia eso, creo
que nos subió el ego a los dos, teníamos algo en común los dos somos
orgullosos. Pasamos y estaba todo oscuro y la música muy fuerte, ya sé por qué
no salía más con mis amigos, no me gustaba, prefería quedarme en café sentado
en mi sillón y viendo las noticias o ir con Ark y jugar un partido de cartas. Como sea ella se fue a bailar con unas chicas
que recién conocía, pero se ve que se llevaban bien, bueno hablaban mucho no sé
si eso es llevarse bien, las mujeres son tan extrañas, hablan por horas con
otra y a los dos segundos ya la están criticando. Yo como no quería quedarme
parado, fui hacia la escalera y el piso de arriba que era solo para personas
con entradas vip y otra vez dije: “agente de seguridad, necesito cuidar a una
chica” me dejaron pasar simplemente, jajaja mi ego volvía a crecer. Me senté en cerca del pasamano y la veía
bailar, de paso me pedí algo para tomar. Pasaron las horas, hasta que un hombre
ya grande se le acerco, Ellen le daba la espalda por lo que no podía verlo,
ella durante toda la noche rechazó a todos los chicos, solo estaba con sus
nuevas amigas, tuve una nueva impresión
de ella, no era la típica chica que le importaba estar con todos los chicos, si
no más reservada. Vi la jugada, sus
amigos lo estaba viendo desde el bar esperando que el bailara con la chica
joven, típico idiota de 30 divorciado. Me pare no quería pasara nada malo,
mientras bajaba la escalera vi como el la toco, ya esta le iba a partir la cara
a ese idiota, ella estaba asustada, le dijo algo, creo que lo mando a volar,
mientras me acercaba, él la estaba agarrando fuerte, sus amigas no la vieron
había muchas personas, cada vez paso que daba era cada puño en su cara. Estaba
atrás del sujeto, lo tome por el hombre y lo puse enfrente a mí.
-¿Qué te pase estúpido?
-Con todo respeto- el me empujó, estaba harto que tipos como
el estuvieran arruinando la noche de Ellen, así que me deshice de él, le pegue
en la cara tan fuerte que lo noquee. Todas las personas del boliche se hicieron
para atrás, vi la cara de Ellen y estaba llorando, me impacto mucho que ella
llorara, me sentí impotente de no haberla protegido o mínimo haber evitado que
el la tocara. Lo vi tirado en el piso,
me tire arriba de él y le empecé a pegar cada vez más fuerte en la cara,
los guardias de seguridad me sacaron del lugar con tanta fuerza que cedi, Ellen
lloraba cada vez más. Me sacaron por la
puerta trasera del boliche, bueno más bien me tiraron por la puerta trasera,
Ellen estaba al lado mío.
-No vuelvan más- dijo el guardia que me tiro. Cerró la puerta
y se fue.
-No te preocupes no volveremos más.- mis brazos me dolían, mi
mano sobre todo, tenía sangre de aquel tipo. Tome un papel que tenía y me
limpie. Ellen seguí llorando, era la primera vez que alguien la tocaba sin que
ella quisiera. – Vamos- dije con una sonrisa en mi cara y con apatía. Ella solo
asintió con la cabeza. Ya estábamos llegando a mi casa, en todo el camino
ninguno de los dos abrió la boca, no podía creer lo que paso. Bajamos del coche
los dos y entramos, preocupado por la situación le dije.
-Perdón, no baje a tiempo.
-Está bien, gracias, pero la próxima vez no le pegues en la
cara déjalo sin espada, ¿okey?- me reí de su comentario, estaba mejor que hace
unos minutos.
-Okey. La noche todavía es joven, ¿quieres ir a otro lugar?
-No… creo que me iré a bañar y después a dormir, gracias Leon
por todo. Se dirigió a su dormitorio, yo me quede en el pasillo, y ella antes
de abrir la puerta se dio media vuelta y me abrazo. Yo también lo hice.
-No va a volver a pasar-
-Te creo, bueno ahora si me voy, será mejor que me saque el olor a viejo-lo dijo
riéndose, ahora si estaba mucho mejor que antes.
Pasaron los días, eran tranquilos, jugaba a las cartas con
Ellen, siempre me ganaba, para mi hacia trampa, nos divertíamos. Ella me había
preguntado si unos amigos podían venir, así que le dije que sí. A la mañana note que la tele estaba prendida, así que me
pare y fui al comedor, estaba normal, es decir sin remera con mis pantalones y
despeinado. Cuando llegue al comedor estaban las amigas de Ellen mirándome como
si fuera un Sex simbol… fue muy incómodo, solo atraigo a las niñas, nunca a
mujeres, mi ego cayo. Ya era tarde para desaparecer entre las sombras, ellas me
habían visto y no dejaban de hacerlo, me atreví a ver la cara de Ellen y era
algo como “vístete por favor, me das vergüenza ajena”, mi ego caí cada vez más
bajo.
-Hola chicas, ¿comen algo?- ellas no sabían si contestarme
con “si a vos” o adecuadamente, así que una chica se animó a responder.
-…No gracias, yo estoy más que bien- disimulación nivel cero.
-Está bien, me iré.- me quería morir. Me fui a bañar y me
asegure de vestirme bien, no quería ser violado por sus miradas, ya darme
vuelta enfrente de ellas y dejar toda mi espalda expuesta fue todo un trauma, podía sentir como me iban
sacando la ropa de a poco. Desde mi cuarto escuche como se reían y hablaban de
chicos, no quería interrumpir la conversación, así que me quede en mi cuarto,
estaba cómodo y podía dormir.
Todo estaba muy bien en mis sueños, pero con Ellen cerca era
imposible que durara mucho, la música me despertó, había muchos gritos. Salí de
mi cuarto y vi a todos los jóvenes rompiendo mis cosas y destruyendo todo, era
peor que un apocalipsis zombie. Era el único adulto, la mayoría ya estaba
borracha. Todos estaban bailando en el comedor, tomando en la cocina y no
quiero imaginarme que hacían en los cuartos. Debía encontrar a Ellen, ahora si
la mataba, como iba hacer una fiesta mientras yo dormía, como no me desperté
antes… son las 00:01 ¿Cómo puede ser? Nunca dormir tanto en mi vida. La pequeña mentirosa estaba en una esquina, se
veía bastante alterada y al parecer estaba peleando con una de sus amigas.
-Que mierda hicistes, solo las invite a ustedes, ahora me
va matar si despierta, se tiene que ir
ahora.- bastante alterada estaba
-No hice nada malo, además vos me dijiste que querías ser
conocida, cuando lo dijiste por dentro no pare de reírme, como “vos”, un bicho
raro, va a querer ser conocida, me voy.-
fue cuando me metí.
-No vas a ir a ningún lado, vos y todas tus amigas- las tome
del brazo y con una soja que había las ate a las tres en la manija de un
mueble.- esperen limpiar todo esto para irse.
“¿Que mierda haces?” digiero las tres al mismo tiempo. Me
pare en medio de la sala y dije.
-Chicos los invito a todos a mi boliche, me caen todos bien, así
que ¡¡¡entradas gratis y bebida gratis!!!- todos gritaron de emoción- Eso sí,
tiene que ir ahora o no los voy a dejar pasar.- Todos, absolutamente todos,
salieron de mi departamento hacia el boliche que estaba a pocas cuadras.
Excepto, por supuesto, las tres chicas.
-Bueno chicas limpien todo sino no van a ir a su casa y les puedo
asegurar que no se van a ir sin antes limpiar todo esto, y lo mismo para vos-
mire a Ellen.
Me daba mucha gracia que estén limpiando y todo lo que había
pasado, no rompieron nada de valor, menos mal, pero si ensuciaron todo. Fui al
baño y había pastillas en la ducha, ni
siquiera quería sabe qué tipo de pastillas, así que deje pasar de alto
todo. Faltaba poco para que terminaran
de limpiar, luego de dos horas terminaron. El departamento quedo más limpio de
lo que tenía, menos mal porque estaba pensando en contratar a una mucama.
Las chicas se fuero, y no las volví a ver por el barrio,
ahora Ellen como castigo debería hacer la comida y tareas del hogar por toda la
semana o parte ella.
Se terminó la primera
semana…
Lunes al
mediodía, tranquilidad, silencio, solo se escuchaba las hojas de los árboles y
algunos animales. Me levante como de
costumbre y fui directo al baño, me prepare antes de salir, por si hubiera
alguien. Salí de mi cuarto y note
que Ellen estaba en la cocina, me
sorprendió un poco porque pensaba que no sabía cocinar, bueno digamos que mis
pensamientos no estaban muy errados. Me
acerque a ella y vi que intentaba fritar un huevo… o lo que sea que era antes,
por supuesto que me reí.
-Basta, está
quedando bien… hola.- lo dijo entre suspiros.
-Mmm… mejor
vayamos a desayunar a otro lugar, yo invito.
-No, ya
termino me tomo toda la mañana hacer esto.-
no sé porque se me ocurrió ver el piso, mala idea, estaba lleno de
huevos y cosas que no sé qué era, pero calculo que eran comestibles. Gire mi
cabeza y vi platos sucios, cubiertos
quemados, papel en todos lados.
-¿Las chicas
no habían limpiado todo?- lo dije con sarcasmo y riéndome.
-Ja, ja, no
da gracia, es la primera vez que cocino… ya está, sentate.-vi que puso esa cosa
en un plato y me lo llevo a la mesa, yo la seguí, en verdad me tenía que comer esto. Ella se
sentó enfrente de mí.
-Hey espera
¿Por qué no comes?
-No quiero
morir, además vos dijiste que tengo que hacer las tareas del departamento y acá
esta, te presento mi tarea- ahora era ella la que hablaba con sarcasmo.- mire
mi plata y era marrón y blanco, distinguía algo amarillo, pero no estaba
seguro. Lo di vuelta a ver si cambiaba un poco la forma y no, era peor ahora su
color era negro. No sabía si ella intentaba matarme o simplemente era una
broma. La mire a ella para confírmalo y si era verdad lo tenía que comer. Tome el cubierto y desprendí algo, lo
lleve hasta mi boca y pude sentir el sabor del huevo quemado y la sal pegada,
fue horrible. Nunca había comido tan mal
en mi vida, y todavía me faltaba terminar el plato.
-¿Y como
esta?-
-En verdad
te voy a pagar unas clases de cocina, te servirían para toda tu vida.
-Ja ja,
termina de comer, me tarde mucho para que lo desperdicies- se paró y se fue a
lavar los platos.
-Ya está
desperdiciado-dije murmurando. Por una parte tenía razón, pero si lo comía iba
a morir, además era algo grande, ¿muchos huevos?... no lo sé. Muy Leon si lo comes rápido se acaba rápido.
Me anime a trágamelo todo de una, tome el cubierto y el plato, abrí bien la
boca y metí toda la junta de huevos. Dios que asco, traje todo el agua que
tenía al lado y todo se había acabado.-Puff… Ellen ya está.- me pare para
alcanzarle el plato. Pero no sé si lo llegue hacer.
-…Leon,
Leon, o por Dios estas bien, perdón perdón, todo fue mi culpa.- ¿Qué estaba
pasando?, ¿en dónde estaba?, estaba muy mareado.
-Señor
Kennedy le quiero pedir disculpas por los problemas causado.- ¿Quién es?- soy
el consejero de la nación.- ¿Qué hacia acá? Tendría que estar en sus vacaciones
el imbécil-
-¿En dónde
estoy?
-Leon estas
en un hospital, perdón fue mi culpa, no pensé que iba hacer tan malo.
-¿Qué cosa?
-Al parecer
mi comida no es la más saludable de todas, ups…-
-Ups… ¡Ups!,
Ellen estoy en el hospital por tu “Ups”
-Je, je es
que era la primer a vez y fue tu culpa.
-En verdad
voy a matate- después de decirlo mira el lugar. Ellen estaba al lado mío, el consejero enfrente de
mis pies y un enfermero al lado de la puerta.
-Señor
Kennedy tuvo un problema en el hígado, estómago y toda la parte ascendente de
los intestinos. La comida que ingirió
era altamente toxica, es increíble que usted este consiente, tuvo que ir a
operación para sustraer la toxina. – no me importara que estuviera su padre, el
presidente o quien sea que este, esta vez la mataba.
-¡Ellen!- la
mire con mi típica cara de asesino.
-Perdón,
Perdón, ya te lo dije Perdón. No quise mandarte al hospital, es que no sabía
dónde estaba el aceite, así que puse algo parecido.- Cada vez que abría la boca
lo empeoraba más y más.
-Sigo, ahora
mismo tiene que hacer reposo y tomas antibióticos por un largo tiempo, pero
gracias a esta jovencita está vivo, si no hubiera llamado a tiempo ahora mismo
estaríamos en un funeral.- el funeral sería más divertido. – Me tengo que ir,
dentro de unas horas pasare a ver como se encuentra.- se despidió de todos y se
fue.
-Bueno ahora
que sabemos que estas mejor…- Como la odie ese día.
- Agente
Kennedy pagare todos sus gastos y será
recompensado.- Me estiro su mano para despedirme, yo igual.- Bueno será mejor
que me vaya.- no lo iba dejar que se fuera así como así, yo tuve que hacer de
niñera por dos semanas y casi más me cuesta mi vida.
-Espero que
haya pasado bien sus vacaciones- la cara le cambio totalmente, Ellen también tenía
bronca de no haber ido, así que ella me siguió el juego.- Yo también necesito
algunas, y más por todo esto, estoy realmente agotado.
-Bueno…
podemos hacer algo para solucionarlo, ¿Qué le parece ir a…?
-Ir a las
islas tropicales estaría bien- no espere a que terminara de hablar.
-Voy hacer
todo lo posible agente, gracias por todo- termino de decir estas palabras y se
fue tan rápido como pudo. Ellen y yo nos reíamos.
-Leon no me
extrañes- te juro que no lo iba hacer- voy a venir a visitarte cada vez que
pueda. – esta vez si iba a morir, tengo que acordarme de hacer mi testamento.-Bye
Leon nos vemos.
Fue la única forma de
ganarme mis merecidas vacaciones.