Mi padrastro no fue
el más respetado ni él más querido, pero me enseño mucho y aun con todas las
cicatrices que me hizo puedo decir que fue todo un desafío. Atesoro todos los
momentos que tuve, pero de mi infancia ninguno. Sufrí mucho y no quiero volver
a pasar por lo mismo. Gracias a él no puedo confiar en los demás. No creo que
estuvo consiente de todo lo que me hizo.
Muchas veces desee no haber nacido o haber tenido otra
familia, pero de cada caída aprendí a
superarme a mí mismo.
Recuerdo que nunca jugábamos en el parque, una vez fui yo
solo y me divertí tanto que me olvide durante unas horas que era un pobre niño
sin sentimientos. El me decía “hijo de un bastardo”, mi madre falleció y me
dejo con el esposo de su último hijo. Al
principio no sabía porque estaba tan enojado conmigo, luego entendí que mi
madre estuvo con él y luego lo dejo por mi padre, pero tuvo un inconveniente y está ahora en la guerra, años después volvió
mí madre y tuvo un hijo con el padre de
mi hermano. Mi relación con mi hermano fue buena y un poco distante.
No tengo recuerdos memorables de mi infancia, solo cuando
fui a la escuela. Tenía pocos amigos, y verdaderos amigos. Me acuerdo de mi
grupo…creo que estaba Liz, Marco y Charles. Todos sabían de qué familia venía y
lo mejor de todo era que ninguno me distinguía por eso. Nunca vinieron a mi
casa, tal vez era por la vergüenza que
tenía, prácticamente me manejaba solo iba a muchos lugares. Tenía una independencia muy grande a corta edad. Lo que necesitaba era un poco de paz en mi
cuerpo, mi padrastro venia borracho a casa y sinceramente no quería que mi
hermanito menor sufriera golpes de él, y tenía que aguantarlo hasta que se
cayera dormido en algún lugar de la casa.
En mi adolescencia me afecto mucho el tema de mi familia,
recién estaba creciendo, nadie lo pudo entender. Poco a poco tuve una relación más estable con
mi hermano y mis amigos, todo salía bien, solo por un tiempo, luego todo
cambio. Parecía el fin de todo… una de mis peleas con mi padrastro, el me
arrojo una botella de vidrio y yo la esquive, pero estaba tan cansado que lo
empecé a golpearlo. Le di una paliza que lo dejo en coma. Mis sueños habían
cambiado, yo había cambiado, la forma de verme cambio.
Empecé a trabajar en una mina, era poco para mantener los estudios de mi hermano, tenía 16 años
cuando esto sucedió. Mis amigos me ayudaban, pero estaba harto de ver mi futuro
muriéndose enfrente de mí. Luche por mi familia un año y medio. Mi padre falleció
el 14 de septiembre de 1996, nadie fue al velatorio. La presión me estaba matando,
nunca me vi haciendo esto. Solía quedarme en la calle pensando en cómo poder
solucionar mis problemas, pero no encontraba solución posible.
Un día, viniendo de mi trabajo, unos hombres se abalanzaron
hacia mí. Sinceramente pensé ¿qué me van
a robar?, yo estaba tirado cuando se dieron cuenta que no tenía nada, creo que
se desquitaron conmigo, empezaron a pegarme. Un policía de la cuadra me vio,
corrió, sacó su arma y empezó a disparar, yo ya estaba inconsciente por los
golpes, desde ese día admire el valor y la acción de los policías. Quería ser
igual a él.
Desde ese momento las cosas cambiaron, me concentre en
enseñarle a mi hermano lo poco que yo sabía y esforzarme a entra a la escuela
de policía. Quería mostrarle a mi hermano que las cosas iban a cambiar, que
desde ese momento íbamos a ser felices, pero no termino como lo planee.
Mi mayor pesadilla
era que se llevaran a mi hermano y nunca más poderlo ver, lo que era muy
posible ya que somos menores sin un mayor. Era todavía un niño con sueños,
pero mi historia no está predestinada a
ser feliz. Un día las personas de A.P.I
(agencia protectora infantil) se
enteraron de las condiciones que vivíamos y nos separaron, pero no me quede
sentado viendo como sucedía. Niel
estaba a pocos metros de mí y seis hombres
en el medio, mientras tanto yo en la otra punta. Empecé a empujar y hacer un escándalo para
evitar que se lo llevaran, pero era imposible con todos los hombres
deteniéndome, me tiraban al piso y yo gritando su nombre, no me importaba las
miradas… pensé que nadie me iba a quitar a mi hermano y hasta el día de hoy no me arrepiento de
nada.
Por supuesto que mi hermano se fue, pero tuvo una familia
cariñosa era todo lo que no le podía dar. Su vida fue muy buena, mientras tanto
yo lo visitaba en vez en cuando. Estaba con menos presión y más libre. Pensé
que iba a ser peor, pero mi imaginación me jugo un mal juego. Si él estaba
feliz yo igual, además el gobierno me dio la oportunidad de estudiar cualquier
carrera, para mi suerte ya sabía lo que quería.
Los días transcurrieron y yo cada vez mejor, esta vez no
tenía ninguna presión. La razón porque quise ser policía fue para salvar a las
personas que estaban como yo, un niño golpeado sin ayuda de nadie, quería cambiar
la forma del gobierno y muchas otras cosas.
Ya me había recibido de policía, estaba ansioso de trabajar y más porque
sería mi primer día.
Pensé que mi vida iba
a cambiar… así fue, pero no como yo me
lo esperaba.
Su admi samira a. barhich <3
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