Bueno después de dos horas en mi comodísima silla, sarcasmo,
esperando que la niñita del demonio pareciera empecé a notar una leve
irritación hacia el reloj. El tiempo transcurrió y yo estaba esperando,
no se a quien, por unos minutos sentí
una angustia que recorrió todo mi cuerpo, hasta dejarme apunto de llorar.
Parecía que nadie iba a ayudarme, bueno a decir verdad tengo pocos amigos y no
creo que mis vecinos sepan quien soy. Ellos saben que no vengo a mi casa todos
los días, nadie se preocupara por mí.
Mi soledad, mis desamores, mi infancia…todo lo que nunca me
importo ahora comenzaba a entristecerme más y más. Ya me doy por acabado, me quede mirando el
piso. Vi un bicho bolita caminando
despacio, se parecía a mí, pero fue una lastima que las hormigas lo mataran,
tan lentamente lo mordía era como si quisieran verlo sufrir.
No tengo esperanza, no tengo nada…. ¿si muero alguien
llorara por mí?, ¿Quién será el que se preocupe por mi?, ¿será que ya no
existo? Quiero ser libre, pero como…
años en el gobierno practicando, estudiando y enseñando formas de escape y
ahora no puedo salir de esta maldita silla.
Cada vez más cerca de la desesperación, poco a poco
escapando de mi mismo. Algo era seguro
yo no era quien pensaba ser, ahora tengo miedo no asumo la
responsabilidad. Quiero sentir el sol
en mi piel, el viento en mi pelo y ver a
todas las personas que me desagradan una vez más. Ya era tarde para mi, mejor descanso.
Me desperté y escuche fuertes ruidos viniendo de arriba,
es como si hubiera una pelea, pero ¿qué será? Un grito desgarrador interrumpió
toda idea que tuve, creo que es la jovencita, ¿Qué esta pasando?, yo aquí sin
hacer nada. Empecé otra vez a mover todo
mi cuerpo, también grite desesperado,
será mejor que deje de hacer tanto escandalo y comencé a escuchar. Pare por
unos minutos y los ruidos se detuvieron, era como si todos me hubieran escuchado. Sentí temor por
unos segundos, pero… algo callo, bueno eso me imagino yo, seguían cayendo pero
cada vez mas frecuente. Un disparo creo
haber escuchado un disparo, los zapatos
bajando los miles de escalones, cada vez más rápido. Alguien entro, ¿será la
joven? Ya no aguante más… caí rendido.
Dos días después me encontraba en una camilla de hospital.
La habitación bastante grande, al lado de una ventana, solo era yo, blanco como
la nieve, todo limpio, la televisión prendida, el sol entraba y podía sentir el
calor. Me senté en la camilla. Ya todo acabo, que alegría. No sé que paso ni
tampoco me interesaba, al fin afuera. Todo lo sentía diferente, la ropa, la
luz, la comodidad de una cama. En mi momento de alegría entro mi compañero
Jonathan.
Jonathan: Hey Leon, me alegro que este bien, te estuvimos
buscando aunque no lo creas pasaste dos semanas encerrado. – no lo podía creer,
lo que para mi fueron dos días en realidad eran dos semanas. Creo que notó mi
cara de preocupación- no te preocupes ahora estas bien, es mejor que descanses…
en verdad nos alegra mucho que estés bien, nadie tenia esperanzas de
encontrarte.
Empecé a llorar, en mis propias rodillas con mis manos sobre
mis ojos. Mi compañero corrió hacia mí y apoyo su mano sobre mi espalda
creyendo que ese gesto lo calmaría todo.
Después de llorar empecé a razonar.
Leon: perdón… gracias por venir por mí- mostré la mejor
sonrisa que pude tener en ese momento- pensé que nadie me encontraría- apoye mi
cabeza sobre la almohada y mire por la ventana. Todavía mi cara seguía roja por
las lágrimas y angustia que pase todo
este tiempo.- ¿cómo me encontraron?- guardo silencio por unos momentos.
Jonathan: en tu ultimo día de prisionero, allanamos la casa
y nos empezaron atacar… tu sabes lo que tenemos que hacer si se nos presenta
una situación de este tipo- pensé “matar “- primero lose tiramos al piso y matamos
a todos lo que estaban es la casa, dejamos de disparar y un grito desesperado
nos llamo la atención. Bajamos por la escalera y te encontramos a vos en una
silla y una niña en un rincón. Te desatamos, pensé que estabas muerto, no tenías pulso y tuvimos que golpear tu
pecho. ¿En verdad que no te acuerdas lo que paso después?
Leon: no, solo me acuerdo de despertarme acá.
Jonathan- bueno Leon tu… te despertaste, vistes a la
jovencita y tomaste el arma de un agente y, bueno tu… la mataste.- miró hacia
el piso- no tienes la culpa de nada,
hiciste lo que luego hubiéramos hecho nosotros.
Leon: Quiero descansar- me limite a decir estas dos
palabras, Jonathan se levanto y se fue, pero antes de irse se despidió.
Solo quiero unos días libres, eso es lo único que pido.
Su admi samira a. barhich <3
No hay comentarios:
Publicar un comentario