Hace años que lo recuerdo. Puede ser que la última vez que
lo haya visto fue cuando yo tenía 12 años. Espero que siga pensando en mí, donde quiera que este, pero lo dudo mucho ya
pasaron varios años sin hablar o de disfrutar momentos juntos.
Lo conocí caminando en la vías de un tren abandonado en un
vecindario, en ese tiempo era bastante rebelde, iba a todas partes solo. No
pensé en encontrarme a nadie más en un sitio tan peligroso como ese. Seguí caminando con toda tranquilidad, él se acercó hacia mí. Era pequeño, se notaba su
cansancio en sus ojos, pensé en divertirme un tiempo y lo invite a jugar
conmigo, sentiría culpa si lo dejaba ahí
solo. Todo empezó con un simple juego, luego me di cuenta que teníamos los
mismos gustos y que no era igual a los compañeros de mi escuela, es decir,
falsos. Solo estaban conmigo por mi cara o por el dinero de mi familia, eso me
molestaba mucho, que me juzguen por lo que aparento y no por lo que soy. No
tenía ningún amigo, todos eran un estorbo, pero con él era diferente.
Me acuerdo que todas las mañanas para ir a la escuela él siempre estaba esperando por mí afuera de
mi casa, nos saludábamos con una sonrisa,
utilizábamos las manos para hablar. Me divertí mucho, cuando iba a la
escuela. Fue un buen amigo. Me gustaba mucho jugar y compartíamos entre nosotros la tranquilidad
del ambiente. Los dos nos
defendíamos mutuamente.
En una ocasión me enfade por no encontrarlo, se había ido, estaba
bastante confundido por que los dos
habíamos jurado estar unidos. Lo busque por los lugares inimaginables y no
antes vistos. Pensé que no lo vería
mas, “¿todo que lo pasamos sería una
mentira?, ¿sería como los otros?” Me sentía
impotente por no encontrarlo, quería estar con el a toda costa,
era una parte muy importante de mí. Y ahora puedo seguir adelante con solo sus
recuerdos, eso me basta.
Luego de un mes desaparecido, vino a mi casa y toco la
puerta. Con la esperanza que sea él y esperando la voz de mi madre diciéndome que es mi amigo,
no podía esperar, salte del sillón donde
estaba y corrí desesperado hacia la
puerta, la abrí y allí estaba. Lo vi arrepentido por haberse ido por mucho
tiempo, lo abrace con toda la fuerza y
deje caer unas lágrimas de mis ojos. Arrodillado en el suelo, y con toda la alegría
dije “no quiero que te vallas, quédate conmigo por el resto de mi vida”, sin
saber el significado de mis propias palabras, tan inocentes e infantiles,
llore.
Seguí jugando, pero me daba miedo que se vuelva a ir, cada
vez más cuidadoso con mis palabras y mis actitudes. Tenía tantos planes para
nosotros en el futuro, muchas alegrías. Mis años con el fueron tan
maravillosos, todos como un cuento de amistad, pero cada historia tiene un comienzo,
muchos problemas, una sola solución y un silencioso fin.
Quería estar con él, quería muchas cosas,
pero algo paso… algo que no me imagine. Me sentí muy desafortunado, deprimido,
sin importancia y con un nudo en la garganta. Era un chico que mostraba sus
sentimientos y esta no sería la excepción. Solo vi
la peor imagen que cualquier persona detestaría mirar o con solo
pensarla le daría una depresión terrible a cualquier persona.
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Flashback
Diario
“24 de septiembre de
1988, estoy muy triste, mis padres se preocupan por mí, hace dos semanas
que no voy a la escuela.
Quiero morir.
No hice nada malo. Quería ayudarlo, pero no sabía cómo, no sé qué hacer. Si lo veo, ¿me odiara por no hacer nada?,
¿no fue mi culpa, el me empujo?”
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Mi amigo quedo internado… todos dice que fue un accidente,
pero no hice nada para detenerlo. Un
coche me iba a matar, pero él me empujó hacia la vereda. En esos años todavía se caminaba por las calles, era algo muy
común. Los malditos bastardos me veían, se hacían llamar policías, con solo
pararse y no hacer nada, son peor que la escoria y que la pereza juntos. Como si fuera un espectáculo lo que ocurría,
nadie se movilizo, “su vida estaba destinada a la muerte” repetían todos. Mi mejor amigo tirado en la calle con su sangre
alrededor, no sé qué es peor esas miradas o el infeliz que huyó. Toda la bronca en mi cuerpo, grite por ayuda,
nadie respondió, bueno al menos una persona. Era mi vecino, por suerte sabia
sobre medicina e intento parar la sangre. Salió
todo bien. Llego una ambulancia,
la que Bart, mi vecino, llamo. Pero no era una normal, era bastante extraña. No
importa los detalles, voy hacia el punto
más importante… luego de dos meses sin poder moverse o salir afuera, él se
recuperó. En el instante no podía hacer nada, lo visite todos los días.
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Flashback
Diario
“2 de noviembre de 1988, Pitt está bien, creo que se mejorara. Hoy jugare
con el…. Tendré mucho cuidado. Estoy ansioso.”
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Ha pasado mucho tiempo desde entonces, demasiado para ser
verdad. Tengo algo que me dio, es importante para mí como para él. Es su
hermoso hijo jaja es muy feliz como él y también fiel, pocas veces me saco la
paciencia, y no fue muy bueno cuando lo hizo.
Pase los mejores años de mi vida junto a su familia y pocos
con él, bueno para mí son pocos por que el ya no está, pero tengo a su familia
al lado mío. Todo lo que vive tiene que
morir, es la ley más amarga e
inhumana. Pitt tiene cuatro
hermoso hijos.
Todos presenciamos su ida, cada paso, cada movimiento, cada lágrima,
cada despedida. No me arrepiento de nada y creo que él tampoco. Brevemente
explicare como paso, ya que tengo que ir a una misión. Este trabajo me está
cansando.
Una mañana de marzo junto con sus hijos y su hermosa esposa
vimos cómo se iba al cielo. Paso de la nada. Estaba acostado en el piso, sus
ojos perdidos en el momento, intentando
luchar por algo que no sería. Se despidió diciéndome con sus ojos… el mejor
adiós de mi vida, con cada uno de su familia lo hizo igual. Tuve que dar fin a su sufrimiento. Luego de unos
minutos ya no respiraba, sus ojos ya no veían, su cuerpo en si ya estaba
muerto. Su cara había quedado torcida
así que la acomode, por accidente toque su lengua, me dejo helado por lo fría
que estaba. Llore un año por su muerte, fue por vejez; creo que esa es la ley de todo. Veía su cuerpo
ahí, tirado y su alma yéndose cada vez más lejos. La despedida más cruel que
tuve hasta ahora y espero que sea la última. En sí, lo que me dejo mal fue la
situación de verlo y decirle que todo iba a salir bien, acariciando su pelo,
cuando todo era una mentira. Tal vez no una mentira del todo, la mitad verdad,
la otra falsa. Ese día perdí y gané,
perdí a un gran amigo de mi infancia, y gane la fuerza y el amor de otros
seres.
Tengo a su nieto jugando ahora con mi pierna, Dios, ¿qué
hare con él?, siempre quiere morder las cosas. Ya me rompió varios zapatos y ni
hablar de la pared, mi casa es un desastre. Antes de invitar a mis
compañeros tengo que pensarlo dos veces.
Le puse “feliz” al cachorro, no soy bueno con los nombres y no lo seré nunca.
Me divierto en mis días libres con la familia, la llevo a pasear al parque o
salimos a jugar a distintos lugares, quiero que conozcan todo lo que su padre y
yo no pudimos ver. No hace falta salir
todo el tiempo, ellos se divierten juntos. Eso sí, hay que darles la comida por
separado, no metas tu mano. El único
problema es cuando me voy por un tiempo largo a completar una misión, los dejo
con mi vecina, que por suerte es ambientalista y adora a los perros. Tengo
suerte de haber encontrado a ese perro callejero igual que yo en las vías de un
tren abandonado. Cumplo 36 este día y 24 años de su muerte.
Fue mi primera mascota y no será la última… ya es hora de irme.
Su admi samira a. barhich <3
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